
Tengo que confesar que es la primera vez que voy a un evento de esta magnitud, y que no tengo puntos de comparación para respaldar mi aceptación, pero lo que vi y escuche fue suficiente para querer ir el siguiente año.
Para empezar la convivencia entre los campuseros fue como la de una gran familia, todos nos ayudábamos, rodos compartían su conocimiento y tiempo, todos cuidaban las cosas de todos. Prueba de ello fue que uno podía darse la libertad de dejar su laptop encendida en la mesa ir a darse una siestecita, pasar al Oxxo a comprar algo para comer y regresar a su asiento con un saludo de los vecinos.
En algún diario se dijo “parece que twitter fue creado para Campus Party”, y es completamente verdad, pues esta plataforma de microblogging fue el principal medio de comunicación que teníamos para conocer las ultimas noticias, sorteos, reuniones, fotografías, platicas y ponencias del evento.
Pero de ello ya han pasado tres días, y me pregunto ¿Qué sigue?. Durante los talleres me introduje en diversos puntos del desarrollo de software, pero es un hecho que de nada va a servir haber estado en todas las conferencias, si no lo reflejo en mi escuela, en mis proyectos, en mi vida profesional y, en última instancia, si no logro hacerlo redituable monetariamente.
Esto parece ser trillado, pero considero que es vital repetirlo hasta el cansancio. Vamos presumiendo que estuvimos allí o allá, o que conocemos a tal o cual persona, o que tenemos tantos diplomados. Pero eso no nos convierte en mejores profesionistas. Lo que lo hace es el trabajo duro, la amistad que conseguimos en el camino, el esfuerzo y la pasión que le imprimamos a nuestros proyectos.
Por eso me hago este autoharakiri digital, así si me ven de presumido, pónganme en mi cara lo que he hecho por mi comunidad y mi familia, haber si sigo de hablador.
Gracias Campus Party,
nos vemos, y espero que la siguiente vez,
tú me veas a mí.
0 comentarios:
Publicar un comentario
olap gracias por dejar tu comentario